por Gorka González
Aunque en esta página se hayan publicado una serie de artículos en esta Web acerca del vigésimo quinto aniversario de la pandemia del SIDA, he querido aportar mi visión. Además de que el hecho de publicar bastantes artículos pueda contrarrestar la poca información y repercusión que parece haber tenido esta fecha, por lo menos en este país. Mucho se ha dicho sobre los orígenes de este síndrome, sobre sus causas, su cura, sobre si aumenta o no, pero yo en estos momentos quiero hablar sobre los responsables de la pandemia. Y digo bien, responsables y en ningún momento culpables. ¿Por qué la diferencia? Porque culpable es aquel que ha cometido una falta ante la que ha de disculparse o ser castigado, pero responsable es aquel que además de ello tiene el deber de corregir su actuación para que la situación de la vuelta. Es decir, voy a hablar de los que, para mi opinión, son los auténticos responsables de una situación como es la actual, y a quienes se les puede pedir responsabilidades para que deje de ser así.
- Las industrias farmacéuticas: Su ansia de poder, su interés por lucrarse a base de traficar con patentes a costa de vidas humanas es, hoy en día, uno de los mayores actos genocidas que queda impune y que parece no va a tener un cambio rápido. La muerte de miles y miles de personas en el tercer mundo, debería caer en la conciencia de muchos de los responsables de estas industrias que no dudan en intercambiar estas vidas por engrosar su cuenta corriente.
- La iglesia católica: Esta institución ha puesto por delante de la vida de muchas personas su ideología, o mejor dicho, su inmovilismo ante normas escritas hace siglos e interpretadas y reinterpretadas siempre a favor de quienes tenían el poder. Siendo conscientes que su palabra aún influye en ciertos sectores de la población, no la usan para combatir la pandemia, sino para castigar a aquellos que ya la sufren con insultos y moralina más barata y a desarmar a aquellos que luchan por difundir el que hoy es el método más eficaz para frenar la pandemia: el preservativo. Y en esta cruzada que ellos solos han decidido emprender tienen como armas la desinformación, la mentira y la manipulación.
- La deuda externa: Entre otros de sus muchos efectos nocivos en la población de los países del sur, la deuda extrema ayuda a frenar la inversión de las ya debilitadas economías en la inversión que es necesaria, tanto como par6a poder pagar los elevados costes de las mencionadas farmacéuticas, como para poder ser autónomos y desarrollar ellos mismos un corpus científico que les permitiera desarrollar tanto vacunas, medicinas, como una seria inversión en publicidad, campañas y sensibilización.
- Los medios de comunicación: Creo que es difícil que en una mente coherente entre la idea de que en este país, más de la mitad de la población (tirando a lo bajo) desconozca que este año se cumple 25 desde que apareció el SIDA, o mejor dicho, desde que se descubrió, y que ignores la mayor parte de la información sobre el tema, pero que todos sepamos que Rocío Jurado ha muerto o que la selección juega contra yo-que-se-quien. Ha llegado un momento en que las personas que deciden estar informadas sobre uno u otro tema han de recurrir a navegar por Internet, con la de escollos que se encuentra, porque la televisión es un dique seco en cuanto a noticias de calado social se refiere.
- Las personas de a pie: Porque no se puede responsabilizar sólo a los medios de comunicación y echarse a dormir. Estos son una empresa y dan al público lo que ellos quieren, a pesar de saber lo nocivo que pueda llegar a ser. Las personas de a pie a las que me refiero son aquellas que hacen suya aquella frase del Ché que dice que el conocimiento nos hace responsables, pero hacia el lado contrario, es decir, si no lo sé no puedo hacer nada. Cerrar los ojos y esperar que todos los males del mundo desaparezcan al abrirlos es una irresponsabilidad enorme. Es cierto que todos tenemos trabajos que nos dejan agotados, que el día a día nos trae quebraderos de cabeza bastante agobiantes como para no querer más, pero este tema ya es un quebradero de cabeza que debiera estar en la lista de todos.
- Las campañas institucionales: Las campañas de prevención del VIH por lo general comparten muchos aspectos con las campañas anti-droga y las de prevención de tráfico: las tres se revelan como inútiles. Su alejamiento con la realidad social, y su mero interés como elemento círquense en llamar la atención, y no en todos los casos, las presentan como fuegos fatuos, como una manera de quitarse la mala conciencia de no hacer nada, sin hacerlo, pero de una manera poco discreta para que la gente piense que sí se hace. Esto si hablamos en general y no mencionamos el escaso eco que las campañas institucionales tienen de los colectivos LGTB.
- La sociedad bienpensante: Todos aquellos que dieron la espalda a la prevención y a la difusión en los primeros meses, años (incluso ahora) por ser una enfermedad que se transmitía por relaciones sexuales consiguieron que aquella pandemia que se encontraba gestándose consiguiera el alimento para convertirse en el Leviatán que ha sido. Cuando asistimos a una sociedad en las que las enfermedades son investigadas y combatidas, no por su potencial virulencia o novedad, sino por ser más adecuadas para los círculos sociales nos llevan a situaciones límites. Este tipo de actitud no debería ser jamás perdonada ni olvidada.
- La homofobia: Aquellos bienpensantes, con las biblias bajo sus manos hablaban de castigo divino, mientras aquellas palabras les llenaban la boca al sentir que sus infames cruzadas habían encontrado un aliado para seguir atacando a ese grupo de pervertidos que hasta hacía poco estaban haciéndose fuertes, con la intención de volver a hundirlos en las catacumbas de los abismos sociales mientras ellos seguían dirigiendo la moral a la que todo sujeto debía adscribirse. Aquella frase de tiene lo que se merece ha calado en algunos sectores de la sociedad de tal manera que el binomio sida-gay es una función exacta en la cabeza de muchas personas
Pero ya que he empezado a hablar de los responsables de que la situación del VIH y del SIDA no quiero terminar este artículo sin nombrar a aquellos que han luchado para que la situación no esté peor; es decir a los responsables de que no perdamos la fe en la humanidad. Y con ello me refiero a los colectivos LGTB que han luchado y luchan por y para frenar la pandemia, a las asociaciones antisida que funcionan, que investigan, y que dan un apoyo que el estado de bienestar no cubre, a todos los voluntarios que conciencian sobre la importancia de la prevención tanto aquí como en el tercer mundo en condiciones insostenibles por más tiempo, a todos famosos y anónimos que, infectados, hacen de imagen digna para una enfermedad relegada por muchos a la marginación, y también a todos los que no miran a otro lado, a quienes no cierran los ojos y mediante una actitud positiva hacen que en su entorno se pueda luchar contra el SIDA y por supuesto a quienes reciben a una persona seropositiva como a cualquier otro ser humano, porque lo es.
1 comment:
Muy interesante tu blog ENTERO, echale un vistazo a nuestra taberna del mar, un blog de poesía homoerótica.
Un abrazo
http://latabernadelmar.blogspot.com/
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