“El refugio” es la última película de François Ozon, un director aclamado por algunas de sus películas y vilipendiado por otras pero siempre coherente con su peculiar universo temático y estilístico. Esta última entrega de su llamada “trilogía de la muerte” nos cuenta una historia amistad y amor entre Mousse (Isabel Carré, en la mejor interpretación de su carrera) una mujer embarazada y el hermano de su novio, fallecido por una sobredosis de heroína. De nuevo las playas, las casas, los colores, los secretos, la redefinición de los roles , la homoparentalidad, la masculinidad y la feminidad son algunos de los temas que surcan esta película, madura, serena, lírica estremecedora. Un regalo para los admiradores del creador de otros títulos maduros y delicados “Sous le sable” y “Le temps qui reste”. Una muestra de la cara más sensible del otrora llamado "enfant terrible" del cine francés. Destacan en el filme no solo la presencia de algunas de sus constantes (como la naturaleza, el mar, la búsqueda de la libertad o el aislamiento espiritual) sino también la fuerza de los secundarios, como ese enigmático Mevil Poupaud cuya ausencia va a marcar el transcurso, a la vez sereno y desagarrado, de un filme íntimo y majestuoso. En el universo de esa mujer sola irrumpe un hombre poco convencional y lleno de misterio (interpretado por el cantante francés Louis-Ronan Choisy).
Estamos ante el retrato de una huida y un reencuentro, el renacimiento a la vida y a la esperanza, los lazos afectivos menos convencionales y el redescubrimiento del cuerpo, otra mirada a la maternidad, la paternidad y la esperanza en la vida. Tal vez echemos de menos un poco de la mala uva que ha caracterizado al realizador de "Sitcom" o “Huit femmes” pero "El refugio" es un regalo para los sentidos, una película a la vez dura y frágil. Una obra de cámara que condensa muchas de sus habituales obsesiones y, también, algunas de las nuestras.
Tuesday, July 20, 2010
EL REFUGIO
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