Monday, April 16, 2012

UN METRO LLAMADO "DESEO"




SHAME


Después de la buena acogida crítica de la áspera “Hunger” (ambientada en una terrible prisión) el realizador Steve McQueen se situa como una de las grandes voces del cine contemporáneo con “Shame”, una pequeña obra maestra del cine independiente que mezcla con milimétrica precisión la comedia dramática, sexual y negra con el melodrama desgarrado sobre la soledad y el miedo al compromiso . La presencia del sex-symbol Michael Fassbender puede despistar a los que esperen un filme erótico pues a pesar de sus “acrobacias sexuales” estamos ante la historia, dura, sombría y narrada con precisión, de Brandon , maduro un adicto al sexo que logra compaginar su vida laboral con su patológica psicología, y ante la historia de Sissy (estupenda, también, Carey Mulligan) su insegura, cálida y neurótica hermana que está a punto de robarle la película a un espléndido Fassbender cuando canta una versión triste ante la cámara la canción “New York, New York” de John Kander y Fred Ebb en un local de espectáculos . Estupenda pues la eclética banda sonora, las imágenes cristalinas y la nítida fotografía en color así como la forma a la vez desprejuiciada y gélida con la que Steve se aproxima a sus personajes principales, utilizando planos largos y queriéndolos, compadeciéndolos, escrutándolos y odiándolos casi al mismo tiempo.





“Shame” es una historia urbanita hasta la náusea poblada de despachos, apartamentos de diseño, estaciones de Metro, calles del centro, clubs nocturnos y hoteles de lujo donde el protagonista masculino da rienda suelta a sus inagotables fantasías sexuales (mostradas de forma mas o menos explícita) sin que parezca obtener una gran satisfacción personal de las mismas y donde su hermana lo busca desesperadamente con una mezcla de amor e inseguridad en un filme que a ratos parece frio como el hielo y en otras ocasiones sentido y nítido como la belleza nórdica de su protagonista y en algunos momentos sentimental, tensa y crispada como esa lejana tierra de la que provienen estos dos singulares “perdedores” de una sociedad basada en lo material, la falta de escrúpulos y el culto a las apariencias.

Sunday, April 01, 2012

ADIOS A ADRIENNE, CON UN VERSO





Adrienne Rich ha sido una de las figuras intelectuales más importantes de nuestro tiempo. Musa del feminismo de los cincuenta y sesenta, poetisa incansable, ensayista y filosofa, se ocupó de temas como la autonomía personal, social y económica de las mujeres, la heterosexualidad obligatoria, la maternidad como institución o las diferencias raciales compartiendo su premio Nacional de las Letras de EUU con la feminista negra, también madre y poeta, Audre Lorde. Sus ensayos (“Sobre mentiras, secretos y silencios”, “Nacemos de mujer” o “Sangre, pan y poesía”) siguen siendo reeditados por la vigencia de los temas que trata: la explotación de la mujer en la sociedad capitalista, la doble discriminación de las lesbianas negras, la memoria de las poetisas suicidas o mal conocidas y la lucha por una universidad centrada en las mujeres. Hoy su pensamiento iconoclasta -tachado erróneamente de esencialista- puede parecer discutible, e incluso superado, pero algunos de sus ensayos y poemas reflejan su brillo sobre nuestras conciencias e iluminan nuestras bibliotecas dotándolas de un espíritu de lucha y compromiso poco habitual en los intelectuales estadounidenses. Mujeres de varias generaciones, el derecho al propio cuerpo y la libre sexualidad, la larga lucha contra el racismo y el clasismo en EEUU, el compromiso con Latinoamérica y con la herencia cultural de “nuestras madres” fueron algunos de los senderos que surcó la prosa poética y la poesía comprometida de esta mujer excepcional que nos ha dejado hace dos días. Su legado no es solo vigente, sino también de sangrante actualidad. Sus maravillosos veintiún poemas de amor nos hablan, como toda su obra, del cuerpo, el amor y la historia.

Fuimos dos amantes de un mismo sexo, fuimos dos mujeres de una misma generación